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La redacción como tortura.


Por Renward García Medrano




Durante más de cuarenta años de trabajo diario con el lenguaje he comprobado que tanto en México como en otros países de habla española, numerosos profesionistas viven la redacción casi como tortura.



Antes de escribir saben que lo harán mal y empezarán una y otra vez hasta que, por cansancio o urgencia, opten por una mezcla de varias versiones. Al final les queda la sensación de no haber logrado una redacción correcta.



¿Por qué ocurre esto a personas bien preparadas profesionalmente, inteligentes y cultas? Porque la escuela nos enseñó algunos rudimentos de gramática pero no nos capacitó para redactar. De esto hablaremos en los siguientes artículos.






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Gramática o redacción

Por Renward García Medrano


La confusión entre gramática y redacción hace que ésta parezca una tarea difícil, cuando en realidad es casi tan fácil como el habla, ya que usamos las mismas palabras y la misma lógica en el lenguaje oral y en el escrito.

Los niños aprenden a hablar sin haber estudiado gramática; primero se comunican a través del llanto y el balbuceo y, más tarde, con sílabas y palabras sencillas. Al oír hablar a los demás aprenden el significado de las palabras e, inconscientemente, van formándose hábitos o patrones para ordenar correctamente las palabras.

Este mismo procedimiento es el más natural y eficaz para aprender a redactar o mejorar la forma como lo hacemos. Lo único que debemos hacer es dar a cada palabra el significado que le corresponde y rehacer los hábitos inconscientes que nos llevan a escribir mal lo que podemos decir bien.

La gramática identifica las reglas de una lengua, pero no es un método para aprender a hablar o a escribir, lo mismo que la biología no es un método para aprender a caminar o a nadar.

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La inseguridad del redactor

Por Renward García Medrano


Una muestra de poco más de 200 personas—secretarias, reporteros, estudiantes, doctores en economía, asesores, investigadores universitarios, funcionarios públicos y privados de todos los niveles—reveló que siete de cada diez se sienten muy inseguras cuando tienen que escribir algo por razones de trabajo:

¿Por qué está tan extendido el horror a la redacción?

La inseguridad del redactor, o peor aún, la seguridad de que lo hará mal y con gran esfuerzo, es una de las principales causas del fracaso, pero lo cierto es que si puede pensar algo, puede decirlo y escribirlo.

¿Cómo vencer la inseguridad del redactor? Comparto con usted dos de las medidas que me ha enseñado la experiencia y que han servido a muchas personas para redactar mejor:

1. Escriba con sencillez, sin palabras rebuscadas y sin tecnicismos o con el menor número de ellos.
2. Revise y corrija el texto unas horas o un día después de escrito.

Si usted se siente inseguro o incómodo cuando debe redactar algo, le conviene recibir información sobre el curso de Redacción sin gramática.

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La redacción es como el golf.


Por Renward García Medrano


Para lograr un buen tiro, el golfista deja que “el cuerpo lo haga”; define a dónde quiere llevar la pelota, se concentra y confía el resultado a sus habilidades.

Claro que los buenos golfistas se preparan diariamente, a menudo con la guía de un profesional y antes de cada tiro piensan, calculan, eligen la mejor solución. Pero al momento de tirar, se “sueltan”, evitan que cualquier chispa de inseguridad afecte la jugada.

Lo mismo hay que hacer para redactar. Antes de sentarse frente a la pantalla de la computadora debe tener presente a su lector o lectores; escribir para ellos, no para usted mismo. No olvide que es suyo el interés de comunicar, pues habla para que alguien lo escuche y escribe para que alguien lo lea. Un texto mal escrito puede ser mal entendido por el lector y dar resultados opuestos a los deseables.

Confíe en usted mismo cuando redacte, déjese llevar, escriba sin temor, con fluidez, sin reprimirse. Estas posibilidades, así como el mejoramiento de la calidad de su lenguaje escrito son los objetivos del curso de Redacción sin gramática.

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El medio, el lenguaje y la lectura.

Por Renward García Medrano


La manera de pensar, como la manera de hablar y escribir, es reflejo de nuestras características genéticas pero también, y en una medida muy importante, del entorno social en que nacimos, crecimos y nos formamos.

Quienes provienen de familias con una base cultural media o amplia, seguramente sabrán usar bien el idioma a pesar del bombardeo de disparates a que nos someten los medios. Quienes proceden de estratos sociales con menor acceso a la cultura, probablemente tendrán dificultades para expresarse correctamente.

Pero la capacidad para mejorar el lenguaje y expandir las fronteras del pensamiento es prácticamente ilimitada. Para ello se necesita detectar los vicios del habla y la escritura, que son como reflejos condicionados erróneos, y sustituirlos por los correctos. Estos son los objetivos concretos del curso-taller individualizado de Redacción sin gramática.

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Lenguaje y pensamiento.

Por Renward García Medrano


Hay una interacción muy estrecha entre el lenguaje y el pensamiento y, sin embargo, es muy acentuada y creciente la tendencia a suplantar las palabras con imágenes, como lo plantea Giovanni Sartori en una de sus obras más difundidas: Homo videns. La sociedad teledirigida.

No existe una imagen que comunique por sí misma “ser o no ser, ese es el dilema” o “yo sólo sé que no sé nada”. La razón es que el pensamiento abstracto sólo puede ser expresado con palabras, que son los elementos primarios del lenguaje humano.

La palabra y la imagen son herramientas complementarias de la comunicación y no se puede sustituir una con la otra sin perder eficiencia. Lo más sensato es valernos de ambas en las proporciones adecuadas al mensaje que queramos transmitir: enriquecer un texto con imágenes o potenciar una imagen con palabras.

Con o sin imágenes, el texto debe ser fácilmente comprensible para el lector; debe decir lo que nos interesa, pues de lo contrario produce resultados adversos.

Redacción sin gramática es un curso-taller en línea para quien necesita construir textos claros, precisos y directos.

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Redacción y estilo.

Por Renward García Medrano


Tomo prestada una parte de la respuesta sobre la frontera entre estilo y redacción que di a Luis Treviño, uno de los miembros de nuestra red de corresponsales del idioma.

El estilo es la manera de hablar y escribir de cada persona; refleja el ritmo de su pensamiento, su cultura, su naturaleza individual y única. Si lees a Alfonso Reyes, Gabriel García Márquez y Miguel de Unamuno encontrarás épocas, cosmovisiones, mundos distintos; te formarás una imagen de los diferentes seres humanos que escribieron.

Pero los simples mortales como tú y yo escribimos para comunicar algo a otros, y hacerlo de manera tan clara, sencilla y precisa como sea posible, para que entiendan "quiero decir" y no otra cosa. Aun así, nuestros textos revelan nuestro estilo, nuestra personalidad; pero mientras que el artista de las palabras crea, el modesto redactor como nosotros sólo quiere transmitir sus ideas con eficacia.


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